El reflujo faringolaringeo (RFL) es una afección médica que afecta la garganta y la laringe, lo que comúnmente se conoce como la "garganta" y la "caja de la voz". A diferencia del reflujo gastroesofágico (ERGE), que involucra el contenido ácido del estómago regresando al esófago, el RFL implica el flujo regurgitante de ácido estomacal y contenido estomacal a la parte superior del sistema respiratorio. Este trastorno puede ser una fuente significativa de malestar y afectar la calidad de vida de las personas que lo padecen.
Causas del Reflujo Faringolaringeo
El RFL se origina en el mal funcionamiento del esfínter esofágico superior (UES, por sus siglas en inglés), que es una estructura muscular que separa el esófago de la laringe y la faringe. Cuando el UES no cierra de manera efectiva, permite que el contenido gástrico regrese al sistema respiratorio. Algunas de las causas comunes de RFL incluyen:
Reflujo Gastroesofágico (ERGE): A menudo, el RFL está relacionado con el ERGE, ya que este último puede causar un debilitamiento del UES. El contenido estomacal, incluido el ácido, puede ascender hacia la garganta y la laringe, lo que provoca irritación y síntomas característicos del RFL.
Hernia Hiatal: La hernia hiatal es una condición en la que una parte del estómago se desliza hacia el tórax a través del diafragma. Esto puede aumentar la probabilidad de RFL al alterar la anatomía y la función del esfínter esofágico superior.
Factores Dietéticos: El consumo de alimentos picantes, grasos, cítricos, alcohol y cafeína puede desencadenar o agravar los síntomas del RFL. También, comer en exceso o demasiado rápido puede contribuir a la aparición de la afección.
Obesidad: El exceso de peso puede ejercer presión sobre el estómago y el UES, lo que aumenta el riesgo de reflujo ácido.
Tabaquismo: Fumar puede debilitar el músculo del UES y aumentar la probabilidad de RFL.
Factores Anatómicos: Algunas personas pueden tener una anatomía que las hace más propensas a desarrollar RFL, como una laringe más sensible o una estructura anatómica inusual del tracto gastrointestinal superior.
Estrés y Ansiedad: El estrés y la ansiedad pueden aumentar la producción de ácido estomacal y afectar la función del esfínter esofágico superior, lo que contribuye a la aparición del RFL.
Síntomas del Reflujo Faringolaringeo
El RFL puede manifestarse de diversas formas y puede ser desafiante de diagnosticar debido a la variedad de síntomas. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
Tos Crónica: La tos persistente, especialmente cuando está presente sin otros síntomas respiratorios, es uno de los síntomas clave del RFL.
Ronquera: La irritación de las cuerdas vocales debido al ácido gástrico puede llevar a una voz ronca y áspera.
Sensación de Nudo en la Garganta: Muchas personas con RFL informan una sensación persistente de tener un nudo en la garganta.
Dificultad para Tragar: El reflujo constante puede hacer que tragar sea incómodo o doloroso.
Dolor de Garganta: El dolor de garganta crónico o recurrente es otro síntoma común del RFL.
Exceso de Salivación: Algunas personas pueden experimentar aumento de la salivación debido a la irritación de la garganta.
Dolor de Oído: En ocasiones, el dolor de oído puede estar relacionado con el RFL debido a la cercanía anatómica de la garganta y el oído.
Sensación de Ardor en la Garganta o la Boca: Al igual que en el ERGE, el ácido estomacal que alcanza la garganta puede causar una sensación de ardor.
Asma o Sibilancias: En algunos casos, el RFL puede empeorar los síntomas de asma o causar sibilancias en personas con asma preexistente.
Diagnóstico del Reflujo Faringolaringeo
El diagnóstico del RFL puede ser un desafío, ya que los síntomas pueden superponerse con otras afecciones, como el ERGE o problemas respiratorios. Los métodos de diagnóstico pueden incluir:
Historia Clínica: El médico recopilará información sobre tus síntomas, su duración y cualquier factor desencadenante potencial.
Endoscopia: Una endoscopia permite al médico examinar directamente la garganta y la laringe en busca de signos de irritación o daño.
pHmetría Esofágica: Este procedimiento mide el pH en el esófago para detectar episodios de reflujo ácido.
Manometría Esofágica: Evalúa la función del esfínter esofágico superior y otras estructuras musculares en el esófago.
Prueba de Deglución Baritada: Una radiografía especial que muestra el proceso de deglución y puede revelar problemas anatómicos o funcionales.
Tratamiento del Reflujo Faringolaringeo
El tratamiento del RFL se basa en la gravedad de los síntomas y las posibles causas subyacentes. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
Cambios en el Estilo de Vida: Reducir el consumo de alimentos desencadenantes, perder peso si es necesario, evitar acostarse inmediatamente después de comer y elevar la cabecera de la cama para dormir pueden ayudar a aliviar los síntomas.
Medicamentos: Los medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones (IBP) o los bloqueadores H2 pueden reducir la producción de ácido estomacal y aliviar los síntomas.
Terapia de Voz: Para aquellos con ronquera o problemas vocales, la terapia de voz puede ser beneficiosa para restaurar la función vocal.
Cirugía: En casos graves y resistentes al tratamiento, se puede considerar la cirugía para fortalecer el esfínter esofágico superior o corregir problemas anatómicos.
Conclusión
El reflujo faringolaringeo es una afección que afecta la garganta y la laringe debido al flujo regurgitante de ácido estomacal. Sus síntomas pueden variar y a menudo se superponen con otras afecciones. El diagnóstico y el tratamiento deben ser supervisados por un profesional de la salud para abordar adecuadamente las causas subyacentes y aliviar los síntomas. Los cambios en el estilo de vida, los medicamentos y, en casos graves, la cirugía, son opciones de tratamiento que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta afección.
Dr Ricardo Bartel
Otorrino
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